Oye esto que te digo:
No necesito que me quieras
para poder quererte.
Ya te quiero. Y es de a deveras.
Amor secreto que la caricia apura
con apremio de lo fugaz y escondido.
Igual evocarás si acaba o perdura,
el recuerdo del momento compartido.
Cierro los ojos y empiezo a besar
a quien llamo pecado crónico.
Su silueta reside en mi pensar
lo siento, es mi amor platónico...
Magneto de mis íntimos antojos,
y de emociones que tiñen sonrojos.