Retratos, versos, cartas amarillentas;
palabras, caricias, momentos…
Con suspiros de nostálgico color,
sonrisas y lágrimas,
mi alma atesora un sinfín de recuerdos,
Su historia de amor verdadero.
Prometiste amarme siempre.
Esas fueron tus palabras.
Y mi ilusión era amarnos;
sin embargo, sólo fue eso,
ilusión... Sin más palabras.
Carolina de mi vida
Eres tan dulce y graciosa...
Con el alma agradecida
te acaricio niña hermosa.
Romántica vivo esta soledad
porque entre sus paredes prevalecen,
veladas de recuerdos que estremecen
de un corazón que vuela en libertad.