La plata que cubre
tu anular figura,
¡qué lindo fulgura
lunita de octubre!
Sé que recuerdas mi amor
y suspiros de ilusión.
Pues brotaban sin pudor
al roce de tu pasión.
De amor perecen.
Al beso del otoño
caen las hojas.

Aquella trovadora agonizante
de pronto recordó su adolescencia,
rescatando el rostro con complacencia,
su olvidada sonrisa de estudiante.
Y amor es soplo suave
de jubiloso canto.
Es la luz que embellece
y dulcifica la mirada...
La que nos cautiva el alma
y alimenta al corazón
No deseo matrimonio
para mis noches de insomnio.
Sólo quiero que me quiera...
Que me quiera a mi manera.
En la densa quietud de la noche
tu amada musa te acompañó.
Estuvo contigo, hasta el alba...
Y al alba tu poema nació.