Fiel a tu amor prohibido
soy tosca caricia oscura,
un escape a tu pasión.
humo de febril locura.
Dentro, muy dentro del alma,
su recuerdo de amor solloza.
Sus besos que jamás olvido
los bebo en lágrimas, me rozan.
Esa luz que en el silencio
te colmara de alegría,
es la voz de la esperanza,
ilusión que cobra vida.
Tropiezos de besos
entre mil caricias...
Son dulces excesos
para mis delicias.
¿Sutilezas?
Sus susurros,
sus sollozos...
¡Sus suspiros!
Lo mío no será gran escritura
pero tampoco escribo garabatos.
Sino versos de límpida locura...
Las confesiones de mis arrebatos.
Cuando nos abraza el amor
el corazón ríe, se explaya...
Y tanta dicha nos marea,
nos incita al llanto o a la risa,
a hacer poemas fantasiosos
como con la luna y la brisa.
Al mirar la vida se me antojan cosas.
Como llenar mis ojos con sus paisajes.
Amar sin medida al hombre que me quiera.
Espantar al tiempo... tirar los relojes.
Se me antoja ser brisa de primavera.
Amarnos a todas horas
ese debiera de ser
nuestro mandamiento.
Desde que amanece,
y vuelva a amanecer...
¡Pasión a todo momento!
¿Por qué si te quiero tanto
vuelvo a la melancolía?
Quizá se deba mi llanto
a que no te ví este día.
A cada latido me saluda.
Me recuerda que debo cuidarlo
como la misma vida, sin duda.
Y así lo cuido. Así aprendí a amarlo
Son fugaces e impredecibles.
La vida es así, asombrosa.
Con vivos chispazos sufribles
y ternura maravillosa.
Con los pétalos de la flor,
y suave esencia al hablar.
con sinceridad, ternura,
él me pudo enamorar